Temperaturas extremas en estaciones llevan al límite a varios países del mundo

Temperaturas extremas en estaciones llevan al límite a varios países del mundo

 Autora: María Angella Fortich Fraija

Para nadie es un secreto que cada año las estaciones presentan variaciones extremas en sus temperaturas. Estos cambios se pueden ver principalmente en los veranos e inviernos extremos, unos de los ejemplos más claros en los  diferentes espacios del mundo son  Canadá, Texas, la Unión Europea y el Amazonas.

Inviernos extremos en el norte de América

Este año, en dos regiones de Canadá están pasando por las temperaturas más bajas de los últimos 6 años. En Ontario se han presentado desde el  inicio de enero fuertes oleadas de cruce frío que pasan por las corrientes de las bahías y de los ríos, se estima que van a 70 kilómetros por hora en algunas zonas. Algunas de estas masas de aire frío vienen del Ártico, lo que permite que se desarrollen borrascas de nieve con efecto lago. En la capital de la región, Toronto, las temperaturas alcanzarán hasta los -20 C, pero se sentirá mucho más frío por las corrientes de aire.
Por otro lado, en Ottawa se sentirá más el efecto del invierno porque vienen de un verano muy caluroso, pero por esta parte del país no será una temperatura baja prolongada. A este fenómeno lo llaman “quick shot” de tiempo gélido. 
Lo anterior, no es una gran sorpresa, nos hemos acostumbrado a estos climas extremos; anualmente la temperatura de la Tierra aumenta por la crisis climática actual. También, el crecimiento de las emisiones de carbono alteran al medio ambiente y los efectos salen a la luz en cada temporada.
Estas condiciones extremas de temperatura se deben principalmente a todo el cambio en el Ártico, si este se calienta aumentan las posibilidades de que la pérdida de hielo o su derrame llegue a aumentar las capas de nieve, no solo en Siberia, sino en muchas partes de esa zona norte que puede conducir a  interrupciones en el vórtice polar estratosférico.

Foto sacada de https://ici.radio-canada.ca/ 

 

Según Judah Cohen, científico especialista en el cambio climático, la reducción del hielo marino del Ártico en los mares junto al aumento de la nieve siberiana ha creado una combinación de calentamiento y enfriamiento que amplifica una onda troposférica alimentada por las diferencias de temperatura en la tierra y el océano. Pero, aun así muchos científicos a pesar de estar de acuerdo en que los constantes aumentos de las emisiones de carbono causan que las temperaturas en el planeta Tierra sean más altas, dicen que el comportamiento de las corrientes frías y de chorro, y el vórtice polar es debido al cambio  y a la variabilidad natural del clima. 

 

Foto sacada de:alnavio.es

 

Veranos con temperaturas récord 

Estos cambios extremos no solo los vemos reflejados en los inviernos. El verano pasado, el servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos emitió una advertencia por el calor excesivo en lugares como Washington, Oregón, Filadelfia y Boston.  Estas olas de calor se han vuelto frecuentes y los habitantes las han normalizado. Las ondas de calor empiezan cuando la alta presión atmosférica empuja el aire caliente hacia la tierra; ese aire cuando se comprime, se calienta más y ahí es cuando suben las temperaturas y se empieza a sentir más calor, se minimiza la cubierta de viento y nubes lo que hace que el aire sea más sofocante. Esto hace que el efecto de la ola de calor dure varios días en las mismas zonas. El calentamiento global ha hecho que la base de la tierra sea mucho más cálida, lo que contribuye al que los cambios del clima sean extremos, más frecuentes y que ese efecto  prolongue las olas de calor.  Por ejemplo: el pueblo canadiense, Columbia Británica, el verano pasado rompió su récord en temperaturas calientes llegando a 46,6 grados Celsius por primera vez desde  el verano de 1937.

¿Qué se espera en un futuro si no  se disminuyen los efectos de las olas de calor?

Se estima un 80 %  de probabilidad que para el 2061 los veranos sean mucho más calientes que cualquier verano que se haya experimentado hasta ahora. Lo único que puede llegar a ayudar la situación es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, no bajaría a nulas, pero sí a un 41%.
La adaptación del calentamiento afecta de una manera cíclica al medio ambiente y a sus habitantes. El aumento de las temperaturas incrementa el riesgo de sufrir más problemas de salud y generar nuevas mutaciones de algunas enfermedades; también, daña los cultivos con el aumento de la sequía y las variaciones se presentarían en el ambiente agrícola. Eso significa, que  la concentración de los gases de efecto invernadero demuestran que cada verano va a ser el más caliente registrado históricamente si las emisiones continúan como lo han hecho hasta ahora. La reducción de emisiones beneficiaría a muchas regiones del mundo, especialmente, a América Latina, Europa Central y el este de China, debido a que estas zonas tienen mayor población mundial.
 

La selva Amazónica, una víctima actual del verano extremo

Uno de los casos que se debe tener en consideración como ejemplo de lo que está pasando con el cambio climático es toda la zona amazónica. En lo que se lleva de  este año se han presentado más de 1.200 alertas de incendio comparadas con las 280 del mismo periodo del año pasado.
Foto sacada de carcacol.com.co
Las causas de los incendios en el Amazonas provienen del cultivo de soja y la ganadería, la deforestación y la industria carpintera, y la falta del cumplimiento de leyes medioambientales.
Uno de los países que más causa daño en el Amazonas y que tiene un poco más de poder en el pulmón verde del mundo es Brasil. Ellos son los principales exportadores de carne vacuna a nivel global, por lo cual las políticas económicas  del presidente Jair Bolsonaro han ido cada vez más a incentivar la deforestación en estas zonas para fomentar el mercado ganadero y establecer una economía en crecimiento. Igualmente, la industria carpintera es responsable de la tala  ilegal  de árboles en esta zona. Cuando sucede esta actividad se alteran los ciclos naturales de la lluvia lo que hace que la base sea más seca, esto favorece a que se generen los incendios con mayor facilidad.
Asimismo, el poco interés en hacer cumplir las leyes medioambientales y en creer que las únicas sanciones que se deben dar son las económicas alteran a la naturaleza. Esto hace que muchas compañías hagan lo que quieran y tengan pocas regulaciones en su comercio en  estas zonas porque saben que pagan una multa monetaria y se salvan de cualquier juicio.  
Las entidades gubernamentales e internacionales deben ser más duras en cuanto al cumplimiento de las leyes ya estipulados para el cuidado ambiental. El Amazonas no solo es el responsable del 10% de la biodiversidad de todo el planeta si no, también, es el de 37 comunidades indígenas que no tienen ni voz ni voto en las actividades ilegales y desmesuradas que realizan personas ajenas en su hogar.  Se debe resaltar, que estas comunidades ayudan a cuidar el medio ambiente y son las primeras en conectarse con el planeta tierra.
Si esto no cambia, el Amazonas empezará a emitir más dióxido de carbono y se dispararán los gases de efecto invernadero lo que hará la disminución de la capacidad de la selva para regular y retenerse a sí misma. Si no se para a tiempo, puede que después sea muy tarde para salvar el ecosistema y mitigar el deterioro a la naturaleza, que al fin y al cabo los únicos afectados serán los mismos que la dañaron. 
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